Desde hace varias semanas tenía previsto escribir un texto, un artículo dedicado a la afición y hábitos a la lectura en la Región de Murcia. Afortunadamente, he recibido a través de la actualidad (que casi siempre suele zarandearme) el empujón que necesitaba, y ha llegado ese momento, después de leer y escuchar recientemente en diferentes medios de comunicación, la gratificante y alentadora noticia de que en España los índices de lectura alcanzaron en verano el 59 % en lectores mayores de catorce años; fantásticos datos arrojados por el último Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros de la Federación de Gremios y Editores de nuestro país. Lo negativo de la noticia: que se lee poco en invierno en España y que los murcianos somos de los que menos leemos en este país.
Esta extraordinaria noticia viene a sugerir, a indicar con certeza que la lectura en verano se incrementa, debido primordialmente a las vacaciones de los ciudadanos. Los lectores disponen/disponemos de más tiempo libre, entonces, visto así el asunto, propongamos por lo menos mantener estos porcentajes durante el resto del año, así pues con carácter oficial esta estación, el estío, podría pasar a ser, si las autoridades competentes lo consideran oportuno, una estación única anual con respecto a los hábitos a la lectura, de esa manera durante todos los días del año nos acostumbraríamos a leer, a pesar del bochornoso calor y de ser conscientes de que nos falta tiempo en la vida, en nuestro discurrir diario de esas otras estaciones de siempre (otoño, invierno y primavera) en las que no contamos con vacaciones.
Entretanto, saquemos tiempo dedicado a otras actividades en principio banales, robemos tiempo a la rutina cotidiana que nos envuelve en ese maremagnun de actividades nada excepcionales donde perdemos algunas preciosas horas con tantos actos que no nos enriquecen y al mismo tiempo nos aburren, y busquemos momentos para la lectura, sin olvidarnos de que el ocio y la diversión también debe de imperar en nuestras ocupadas y estresadas vidas.
Quizás una solución práctica sería aconsejar e invitar a los jóvenes y adultos a no perder demasiado tiempo durante nuestro verano de todo el año en ver la televisión, no abusar de las redes sociales, de los juegos de móvil, videoconsolas u otras actividades lúdicotecnológicas que, en definitiva poco reportan y complacen al individuo, y por supuesto no dan las satisfacciones que proporciona la lectura, ya que la lectura de algunos libros, bien sean literarios, históricos, de ensayo o de otra índole, puede suponer cuando se lee con el interés y respeto que merece, uno de los mayores placeres que puede encontrar el ser humano en los tiempos que corren, sin ánimo de intelectualismo, tomar un buen libro puede significar que después de leerlo nuestra vida jamás sea como era anteriormente, residiremos por unas horas o minutos en otras realidades que poco tienen que ver con la que nos rodea y que la mayoría de nosotros rechaza.
De cualquier modo, que no venga ahora alguien, los de siempre, con la excusa de que los libros son caros, seamos realistas, pues un libro puede valer lo que cuestan cuatro cervezas y cuatro tapas de pulpo en un bar cualquiera de cualquier ciudad cuando salimos con el nuestra pareja a tomar un aperitivo, y no digo nada si esa salida la realizamos a cenar con un grupo de amigos, y después tomamos unas copas: ¿cuántos libros podríamos comprar?, la vida en general es cara, no lo olviden queridos lectores. Y si todas estas razones anteriores no les convencen, tenemos la ventaja de que el libro después de comprarlo queda perpetuamente para nosotros, se puede palpar, acariciar, llevarlo a la cama, de viaje, si procede, prestarlo, y ahí está a nuestro alcance a cada momento, en el anaquel de la biblioteca de casa, y cómo no, para presupuestos un poco más débiles se puede contar con la Red de Bibliotecas Públicas en Murcia que funcionan muy bien durante todo el verano, es decir durante todo el año, y suelen tener con continuidad los libros más novedosos en diferentes temas.
De esta manera espero que se animen los murcianos, no lo olviden, practiquen, practiquemos la lectura durante todo el año, y para quien se entregue sin reservas a lecturas habituales, siempre será verano, esa bella y sugerente estación en la que suben todos los índices, inclusive el de la lectura.