Ángel Miranda, Gerente de Fibra Medios Telecom, quiso que los niños acogidos en la Casa Madre Paula disfrutaran de la Navidad y pudieran hacer una carta con petición de regalos como cualquier niño desea cuando llegan estas fechas.
Hasta el Convento se acercaron ayer miércoles día 19 de diciembre el citado empresario con su familia, Antonio Nicolás (Jefe del departamento de Ingeniería de la empresa) y Shelly Ramírez (Directora de Marketing y Comunicación del grupo empresarial e impulsora/organizadora del evento) para llevar varios ordenadores, tablets y juguetes que los 10 niños habían pedido en sus cartas a los Reyes Magos y que la Madre Superiora previamente les había hecho llegar.
Actualmente viven en la comunidad de la Casa Madre Paula de Murcia nueve hermanas, dos de ellas dedicadas íntegramente al cuidado de los 10 niños, los comprenden edades entre los 5 y los 12 años, que se encuentran en situación de desamparo por carecer de familia o tener ésta pero con problemas socioculturales severos (drogadicción, prostitución, etcétera)
Los niños se mostraron muy felices y agradecidos por tan especiales regalos, colmando a Miranda y compañía de besos y abrazos en señal de gratitud.
Aunque la congregación fue fundada para atender a las niñas pobres y abandonadas, víctimas de la riada de Santa Teresa, a lo largo de los años se ha ido adaptando a las distintas necesidades que hay en el mundo. Decía Madre Paula que tenían que estar allí “donde haya una necesidad que socorrer y una lágrima que enjugar”. Y siguiendo ese espíritu están presentes también en colegios, hospitales y misiones.
Esta congregación, que nace en Murcia y es aquí donde tiene la casa madre, en la calle San Carlos (frente al convento de los Frailes Franciscanos), está dividida en tres provincias, y cada una de ellas comprende 18 ó 20 casas. En la Región cuentan con cinco casas: la casa madre y otra comunidad en el actual hospital Quirón de Murcia (antes San Carlos), donde prestan servicios desde 1979, ambas en Murcia; las residencias de ancianos de Mazarrón y San Javier; y la residencia de verano y enfermería de las hermanas mayores, en Lo Pagán.