La mayoría hemos pasado por rupturas, o bien tu pareja rompe contigo o eres tú quien ha tomado la decisión de terminar con la relación sentimental, o quizá en este preciso momento te lo estás empezando a plantear pero el miedo te está paralizando. En cualquier caso, es importante que seas consciente de que continuamente hay parejas que rompen, es totalmente normal y habitual en los tiempos que corren.
Al principio, independientemente de cual haya sido el motivo del final y cuanto haya durado la relación, si la ruptura es más o menos traumática, será algo doloroso y este es un proceso difícil, pero con el tiempo esto se puede ver como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje.
Cuando una relación de pareja termina vivimos un proceso de duelo y es que se trata del fin de una historia y de terminar un hábito y costumbre con esa persona.
Cuando la ruptura llega lo habitual y lo normal es pasar por las diferentes etapas del duelo (negación, ira, negociación, depresión y aceptación) pero cuidado porque si nos quedamos estancados en alguna de ellas, o si el duelo no se realiza de forma correcta, o la cosa se complica, puede traducirse en un gran bloqueo y podemos vivir un duelo patológico en el que sería necesario solicitar ayuda de un profesional.
Trabajar tu autoestima.
Aprende a disfrutar de tu propia compañía, estar bien contigo mismo y a quererte. Acéptate tal y como eres, con lo bueno y lo menos bueno que tengas, lo que no te guste esfuérzate por mejorar una versión de ti mismo. Empieza a hacer cosas que te hagan sentir mejor, cuídate, haz deporte, etc. Tiene muchos efectos en nosotros como la baja autoestima. Es normal perder un poco de autoestima cuando la ruptura fue dolorosa, o no fue de mutuo acuerdo, o si la relación fue tóxica. Lo mejor es enfrentar el dolor, el sufrimiento y para lograr tu tranquilidad y equilibrio emocional. Para trabajar la autoestima hay que entender que tu vida no gira entorno a tu ex, tu vida ahora eres tú, la separación no puede definir o decir quién realmente eres.
Aceptar la situación.
Aceptar la pérdida es necesario, reconocer que estás solo/a, y debes de seguir adelante con tu vida: reconstruir tu rutina, dedicarte tiempo a ti mismo, pero lo más importante es que ahora eres tú. Será aún más complicado si tenías una dependencia emocional fuerte con esa persona, tenemos que asimilarlo y avanzar. Asumir, lo más importante es trabajar la autoestima, hacer cosas de ocio, arreglarte, obligarte a salir y sociabilizar. Mira hacia adelante y aprende.
Buscar el lado positivo.
Siempre hay que buscar el lado bueno de las cosas, pensar que esa persona no era para ti. Refugiarte en tus seres queridos, familia, amigos, estas personas van a ejercer una influencia muy positiva sobre ti. Hay que esforzarse en hacer planes, salir, quedar, conocer gente y poco a poco abre puertas a nuevas posibilidades.
Redes sociales.
Para poder sanar, lo más recomendable es eliminar todo contacto posible con esa persona, a fin de no transformar los recuerdos en dolor. Es mejor no ver nada de esa persona por lo menos hasta que esa persona la tengas olvidada, estar viendo continuamente lo que hace, dónde está, si está con otra persona, no hace ningún bien, solo causa dolor y hace que no nos olvidemos.
Adiós al victimismo.
Uno de los errores fundamentales es compadecerte de ti mismo, adoptar el papel de víctima. Mucha gente ha pasado por lo mismo que tú, y si ellos han podido superarlo tu también puedes.
Y en casos que se requiera también se puede pedir ayuda. Si ya ha pasado un tiempo prudencial desde que la relación termino y te sientes anclado, te notas muy triste y no le encuentras sentido a las cosas, es necesario acudir a un profesional que te ayude a mejorar tu bienestar emocional y superar la ruptura. Pedir ayuda siempre es bueno, es normal que en determinadas ocasionas no podamos superar solos las cosas que nos ocurren.