Aquí se abordan los mitos más comunes que rodean la sexualidad y cómo estos afectan nuestra comprensión y bienestar sexual. Se busca desmitificar creencias erróneas, ofreciendo información respaldada por la ciencia sobre la sexualidad. El objetivo es promover una visión más informada y respetuosa de la sexualidad, fomentando la aceptación de la diversidad sexual y capacitar a las personas para tomar decisiones informadas y saludables en su vida sexual.
- Mito: La masturbación es perjudicial o anormal.
Realidad: La masturbación es una práctica sexual común y saludable. El cuerpo libera una avalancha de hormonas de felicidad entre ellas endorfinas (reducen el dolor), exitocina (ayuda a regular el estrés), serotonina (reduce el estrés y ayuda a equilibrar el estado de ánimo). Conlleva numerosos beneficios para la salud: aumento de la relajación, reducción de ansiedad, mejor sueño, alivio de dolores de cabeza y satisfacción sexual, entre otros. - Mito: El tamaño del pene determina la satisfacción sexual.
Realidad: El placer sexual no depende del tamaño del pene. La satisfacción sexual se relaciona más con la conexión emocional, la comunicación y el disfrute mutuo durante la intimidad. - Mito: Las mujeres no disfrutan del sexo tanto como los hombres.
Realidad: El placer sexual no está determinado por el género. Las mujeres pueden experimentar orgasmos y disfrutar del sexo tanto como los hombres. La clave está en la exploración, la comunicación y la conexión con la pareja sexual. - Mito: La eyaculación femenina es solo un mito.
Realidad: La eyaculación femenina, también conocida como «squirting», es real y algunas mujeres pueden experimentarla. Se produce una liberación de fluido de las glándulas de Skene durante la estimulación sexual intensa. - Mito: Los anticonceptivos hormonales siempre afectan la libido.
Realidad: Si bien algunas personas pueden experimentar cambios en su deseo sexual al usar anticonceptivos hormonales, no afectan a todos de la misma manera. Algunas personas no experimentan cambios significativos en su libido. - Mito: Las personas mayores no tienen interés en el sexo.
Realidad: Muchas personas mayores mantienen su interés y actividad sexual a lo largo de sus vidas. La sexualidad no tiene límite de edad y puede ser una parte saludable y gratificante de la vida adulta. - Mito: Las relaciones sexuales perfectas son como las que se ven en las películas o en la pornografía.
Realidad: Las representaciones en los medios de comunicación pueden distorsionar la realidad. Las relaciones sexuales satisfactorias y saludables son aquellas basadas en la comunicación, la intimidad emocional y el respeto mutuo, más que en las representaciones idealizadas. Trabajar con los cambios en tu cuerpo puede ayudarte a tener una vida sexual sana y satisfactoria. Por ejemplo, podrías tener que cambiar la rutina sexual e incluir una mayor estimulación que te permita lograr la excitación. Mantén una actitud positiva y concéntrate en buscar formas de tener sexo e intimidad que funcionen para ti y tu pareja. - Mito: El sexo siempre debe ser espontáneo y apasionado.
Realidad: Aunque la espontaneidad puede ser emocionante, también es normal y saludable planificar el sexo. Las relaciones sexuales satisfactorias a menudo requieren tiempo, preparación y comunicación para asegurar el placer y la comodidad de ambos. - Mito: Más sexo significa una relación más saludable.
Realidad: La calidad del sexo es más importante que la cantidad. Las relaciones sexuales frecuentes no garantizan una conexión más fuerte o una relación más satisfactoria. La comunicación, la intimidad emocional y la satisfacción mutua son fundamentales. - Mito: Si hay problemas sexuales en una relación, es culpa de alguno de los dos.
Realidad: Los problemas sexuales pueden surgir por una variedad de razones, que pueden ser físicas, emocionales o psicológicas. Es importante abordar estos problemas como equipo, buscando soluciones juntos y considerando la ayuda profesional si es necesario. - Mito: El sexo siempre debe ser placentero.
Realidad: Aunque el sexo se asocia comúnmente con el placer, no todas las experiencias sexuales son necesariamente placenteras. A veces pueden surgir incomodidades, dolor o dificultades. Es crucial comunicarse con la pareja para asegurar el confort y el bienestar mutuo.
Es fundamental desafiar estos mitos y tener conversaciones abiertas y sinceras sobre la sexualidad para fomentar una comprensión más precisa y respetuosa de este aspecto de la vida humana.