El 28 de abril de 2025, España y Portugal sufrieron un apagón eléctrico sin precedentes
que dejó sin suministro a más de 59 millones de personas durante varias horas,
afectando gravemente a infraestructuras críticas y actividades económicas en toda la
Península Ibérica.
¿Qué ocurrió exactamente?
A las 12:33 (hora peninsular española), se produjo una pérdida súbita de 15 gigavatios
de potencia —equivalente al 60% del consumo nacional— en apenas cinco segundos.
Este colapso provocó la desconexión inmediata de la red eléctrica en casi toda España
(excepto las islas) y gran parte de Portugal. Los servicios de emergencia y Red Eléctrica
de España (REE) activaron protocolos de contingencia, y el suministro comenzó a
recuperarse parcialmente a partir de las 16:00, alcanzando el 99,95% de
restablecimiento a las 8:00 del día siguiente.
Impacto en servicios esenciales
El apagón paralizó hospitales, redes de transporte, telecomunicaciones y servicios
públicos. Miles de personas quedaron atrapadas en trenes, metros y ascensores. Los
hospitales recurrieron a generadores de emergencia para mantener operaciones críticas,
mientras que el tráfico aéreo y ferroviario se suspendió o redujo drásticamente. Las
redes móviles e internet también se vieron afectadas, dejando incomunicadas a millones
de personas.
Consecuencias económicas
Las pérdidas económicas estimadas superan los 1.600 millones de euros. Sectores como
la industria, el comercio y la alimentación fueron especialmente afectados: fábricas
como Vidrala y Petronor detuvieron su producción, y supermercados reportaron
pérdidas de 53 millones de euros en productos perecederos. Las pymes también
sufrieron interrupciones críticas, comprometiendo su competitividad en un contexto ya
desafiante.
¿Cuál fue la causa?
Aunque la investigación sigue en curso, Red Eléctrica descartó errores humanos y
apuntó a una «concatenación de anomalías técnicas». Se investiga la posibilidad de
desconexiones en plantas fotovoltaicas del suroeste y la falta de capacidad de
almacenamiento energético como factores contribuyentes. El presidente Pedro Sánchez negó que el apagón se debiera al exceso de energías renovables, defendiendo el modelo
energético verde del país.
Repercusiones legales y políticas
El apagón ha desencadenado una compleja red de reclamaciones legales que podrían
prolongarse durante años. Las aseguradoras enfrentan posibles pagos de hasta 300
millones de euros, mientras que las compañías eléctricas, incluyendo Red Eléctrica,
podrían enfrentar demandas por daños y perjuicios. El debate político también se ha
intensificado, con la oposición criticando la gestión del gobierno y algunos sectores
abogando por un retorno a la energía nuclear.
Un llamado a la resiliencia energética
Este evento ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de fortalecer la infraestructura
energética de España, incluyendo la integración de sistemas de almacenamiento y la
mejora de la resiliencia de la red. La transición hacia fuentes de energía renovables debe
ir acompañada de inversiones en tecnología y planificación para evitar futuras crisis.
El apagón del 28 de abril de 2025 será recordado como un punto de inflexión en la
política energética de España, subrayando la importancia de una transición energética
segura y sostenible.